Soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar

Y pensar que lo que escribo puede ser tan importante que toque algún corazón.

Despertar, luego, al ratito, caminar. Y colocarme en mi lugar, que en los demás ya pensé bastante.

Será que me habré hecho mayor, que algo nuevo ha tocado ese botón, para que Peter se largué.

No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa

lunes

Escribir

Redactar, escribir, narrar. Tal vez sea lo mismo, pero creo que es con lo único que verdaderamente me relajo. Y sí, la mayoría de mis pequeños textos son una tontería, pero bueno, a lo mejor lo único que me sale de la cabeza son tonterías. ¿Y porque no dejarlas salir? No hacen daño a nadie. Eso sí, tengo asegurado que nadie comprende lo que realmente quiero decir con mis palabras escritas. A veces ni yo lo sé, y no siempre escribo cosas reflejadas en mi vida. Escribo por escribir, a solas, y que lo lean o no, no me importa para nada. Supongo que ya es una costumbre eso de escribir, redactar, narrar. Algunos dicen que es un don, otros que es una estupidez. Pero tampoco les pedí opinión. Y cuando realmente estoy furiosa, y todo va mal, solo me queda escribir, escribir y escribir, palabras sin sentido que desahogan, qué hacen que las cosas salgan y que poco a poco calman los nervios. A veces con música y otras acompañadas de lágrimas, de recuerdos o del mismo presente. Después de sueños imposibles y de otros improbables. De opiniones y pensamientos ajenos. No quiero un trabajo para nada relacionado con la escritura. Creo que todos tenemos una afición, y esta, supongo que es la mía. A igual que los favoritismos. ¿Y quién no tiene? Aunque no lo veo como favoritismos, sino, como algo por lo que te sientes atraído. Y de veras que me siento atraída por mover el boli sobre el papel, y a veces a ordenador y describir miles de cosas, lo que siento, lo que quiero, o lo que soy.

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