No lo sé... tal vez sea porque ocupaba mi pensamiento al despertar y en las noches de desvelo. Porque se había convertido en mi vida, sin siquiera yo saberlo.
No lo pensaba yo así, lo planeó el destino que quiso enseñarme lo bello de vivir.
Porque con él descubrí el significado de un beso, de un abrazo, porque con él decir te amo no sólo llevaba palabras, porque con él era feliz.
Sus palabras, su ternura, entablar largas conversaciones de todo y de nada. Me encantaba hablar con él, aún sus silencios me encantaban. Me encantaba sentirme querida.
Y es que con él estaba viva y no era sólo recuerdo, porque a su lado descubrí un color distinto cada día. Color que jamás pensé que existiera.
Fue bonito. No, mucho más... fue precioso.
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