Soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar

Y pensar que lo que escribo puede ser tan importante que toque algún corazón.

Despertar, luego, al ratito, caminar. Y colocarme en mi lugar, que en los demás ya pensé bastante.

Será que me habré hecho mayor, que algo nuevo ha tocado ese botón, para que Peter se largué.

No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa

sábado

Una tarde, como tantas otras...

Tiene gracia, pero nunca había llegado a preguntarme tanto por mi propia existencia... ¿Sigo existiendo? ¿O soy solo un reflejo de lo ya vivido?
¿Y el resto de la gente? ¿Donde están todos? ¿Por qué han desaparecido?
Por más que hago silencio, solo logro escuchar a los árboles, el viento, la lluvia cayendo en mi ventana. Hoy es una de esas tardes lluviosas que no apetece hacer nada.
Salgo a la calle, sin paraguas, ¿qué más da? Pero por más que busco, sigue sin haber nadie. Olvido mi reloj. Pero tampoco importa. Ya no tengo prisa para nada.
Me sorprendo hablando sola... como tantas veces en los últimos días...
Nada. Como si todas las personas que conozco, hubieran desaparecido de mi alrededor.
Camino lento durante mucho rato.Decido entrar en un bar. Quizá pueda entablar una conversación con algún desconocido... Ginebra con limón. Creo que no hay nada mejor que pueda hacer en estos momentos. Beber. Y poco a poco. Trago tras trago, ir olvidando. Ir empezando desde el principio. Pido otra. Recuerdo haber cogido un billete antes de salir de casa. Espero que sea suficiente. Doy otro trago. Miro a mi alrededor. Creo que nunca antes había estado en este bar. Otro trago. No. Definitivamente no me suena. Otro trago. Comienzo a psicoanalizar al resto de personas. Cómo me encantaría saber lo que piensa cada una de ellas. Otro trago. Me gustaría saber si estan en mi situación. Si también están solos. Doy el último trago, y le entrego el billete al camarero. Decido irme.
Salgo de nuevo a la calle. Ha dejado de llover. Me echo a llorar. Me siento extraña contándolo. Pero... a fin de cuentas ¿Qué más da?. No hay nadie.No sé exactamente cuanto tiempo he pasado fuera. Pero decido volver a casa. Esta oscura. Tal y como la dejé. Todo está tal y como estaba. Porque, al fin y al cabo, por allí no ha pasado nadie.
Entro en la ducha, y dejo correr el agua por mi cuerpo, durante un largo rato. Pienso en el día vivido, pero no hay mucho que pensar. Es otro de esos días, igual que el anterior, que prefiero olvidar. El reloj da las tres. Debería dormir.
Me acuesto en la cama. Si. La verdad es que estoy cansada. Y poco a poco, me quedo dormida. De nuevo el último pensamiento que pasa por mi cabeza, es el mismo que el de ayer. Tal vez, mañana, no despierte.

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