Soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar

Y pensar que lo que escribo puede ser tan importante que toque algún corazón.

Despertar, luego, al ratito, caminar. Y colocarme en mi lugar, que en los demás ya pensé bastante.

Será que me habré hecho mayor, que algo nuevo ha tocado ese botón, para que Peter se largué.

No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa

lunes

Pasar de todo a nada...

Cuando quieres dar una sorpresa. Cuando piensas en los detalles, te esfuerzas y eres feliz pensando en la felicidad que suscitarás. Y la espera se transforma en alegría. Y luego, plof, basta una llamada, una frase inocente o un retraso para que todo salte por los aires y tú te quedes con las manos vacías..
Tengo la sospecha de que cuando me de la vuelta ya no estarás... Que cuando quiera irme tú no sujetaras mi mano diciéndome que me quede a tu lado, tengo esa sospecha desde hace un tiempo.
No tengo ni idea de lo que haré mañana, ni pasado… no se lo que quiero en un futuro, ni se lo que quiero dentro de un mes, pero se que quiero estar contigo. Con una porción de segundo soy feliz, con migajas tuyas yo puedo comer durante un buen tiempo, pero no te das cuenta, o es que quizás yo no me esfuerzo demasiado para que te des cuenta.
Creces, experimentas, aprendes, crees saber cómo funcionan las cosas, estás convencido de haber en­contrado la clave que te permitirá entender y enfrentarte a todo. Pero después, cuando menos te lo esperas, cuando el equilibrio parece per­fecto, cuando crees haber dado todas las respuestas o, al menos, la mayor parte de ellas, surge una nueva adivinanza. Y no sabes qué res­ponder. Te pilla por sorpresa. Lo único que consigues entender es que el amor no te pertenece, que es ese mágico momento en que dos personas deciden a la vez vivir, saborear a fondo las cosas, soñando, can­tando en el alma, sintiéndose ligeras y únicas. Sin posibilidad de razo­nar demasiado. Hasta que ambas lo deseen. Hasta que una de las dos se marche. Y no habrá manera, hechos o palabras que puedan hacer entrar en razón al otro. Porque el amor no responde a razones...

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