Soltar en una carcajada todo el aire, y después respirar

Y pensar que lo que escribo puede ser tan importante que toque algún corazón.

Despertar, luego, al ratito, caminar. Y colocarme en mi lugar, que en los demás ya pensé bastante.

Será que me habré hecho mayor, que algo nuevo ha tocado ese botón, para que Peter se largué.

No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa

martes

¿A dónde llegaríamos?

Al subir al bus pusieron una película. Es difícil que una película sucumba a la tentación que produce en mí el maravilloso paisaje deslizándose ante mis ojos y un puñado de buenas canciones. Aquí estoy mirando por la ventanilla, escuchando música y escribiendo unas líneas. Los molinos giran sin cesar alzándose al infinito; las nubes, curiosas almas en pena, transportan nuestros sueños. Esos enormes puñados de tierra marrón rojiza se expanden a largo de cientos de kilómetros pareciendo no tener fin. Los árboles en sus más diversas formas y colores, largas llanuras de cemento a las que llamamos carreteras dando sensación de libertad. ¿Alguna vez te has preguntado a dónde llegaríamos si siguiéramos las carreteras hasta el final?

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